Costa Quebrada constituye uno de los más increíbles paisajes de la costa Cantábrica. Pasear por sus acantilados nos traslada a tiempos y lugares de película. Durante sus 11 kilómetros de longitud el caminante podrá disfrutar de todo tipo de formas geológicas: acantilados, zonas erosionadas que crean paisajes escarpados, grutas, islotes, pequeñas calas escondidas entre las montañas con caminos secretos para acceder… todo ello bañado por el bravío Mar Cantábrico, un mar profundamente azul y salvaje que convierte a esta zona en uno de los lugares con más carácter del norte.